En todas las disciplinas deportivas los entrenamientos
persiguen objetivos individuales a lo largo de la temporada (e incluso fuera de
ella): recuperación, incremento de la fuerza, adaptación muscular… E incorporan
un fundamento esencial: la progresividad.
Como se desprende de la
interpretación del mismo, el alumno inicia su preparación a un nivel medio de
aprox. 2100 ELO y ascendemos hasta el último escalón de un alto nivel de
exigencia (2450 ELO aprox.). Esto permite a jugadores cuyo nivel se sitúa por
encima del inicial tener una fase de adaptación con una dificultad adecuada y a
jugadores de menos fuerza poder partir de un estado razonable de dificultad sin
que sea excesivo. Esta distribución no implica que para poder obtener
rendimiento del curso el alumno / jugador deba mantener su juego en cifras de
ELO similares a las dificultades de cada unidad, pero sí que la expectativa próxima
de un 100% de análisis válidos y respuestas correctas vamos a encontrarlas en
jugadores de ese nivel.
En próximos artículos iremos ahondando en el resto de los Principios EMEA del entrenamiento.
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